domingo, 11 de mayo de 2014




GOETHE

TEORIA DEL COLOR

UNA EXPERINCIA CIENTIFICO/ARTISTICA

CHARO PACHECO
 
PENSAR EN COLORES
 Nivel 1

BILBAO, 26, 27 DE ABRÍL 2014


LO QUE EN LA CIENCIA APARECE COMO IDEA EN EL ARTE ES IMAGEN


Goethe  basa su teoria en la experiencia de color del ojo


El "ojo pensante" como condición de la experiencia real del color.

De los sentidos al pensar del pensar a los sentidos




         En la obervación de los fenómenos del color, Goethe, percibió que el color es un fenómeno de "frontera"; los colores son producidos por la acción combinada de la luz y la oscuridad
         El prisma solo sirve para superponer claro y oscuro




En la CIENCIA la naturaleza aparece de forma puramente ideal como "aquello que abarca todo lo particular".








Lo infinito, que LA CIENCIA busca en lo finito e intenta expresarlo en la idea,EL ARTE lo imprime en una sustancia tomada del mundo sensorial.


     Aprendimos,  que no debemos acercarnos al conocimiento sin pensamiento. Que para que se produzca el autoconocimiento es necesario saber, y eso no se compra, no se adopta, sólo se consigue por esfuerzo propio. Vale la pena cuestionarse con rigor y disciplina lo que la ciencia actual denomina conocimiento. Y darse cuenta  de que ésta, establece muchas veces un sistema de creencias dificil de desinstalar  de nuestra conciencia. 
Quizás, con la mejor de las intenciones nos llenan de supuestas verdades y certezas que, llegando a la madurez, no sólo  cronologica sino conciencial, no se sostienen a nada que profundices en la perspectiva de una visión integradora.
La experincia unida al pensar, sentir y  voluntad  tienen verdadero poder de transformación ...
 Siendo que la Filosofía es  cada vez menos apreciada y, más denostada tanto en lo académico como en lo cultural,  hace que nos  olvidemos  de que  es el antidoto de la ignorancia, del malestar y de la enfermedad. Cómo educadores es nuestro deber retomar  el impulso natural de observar en la naturaleza lo que acontece, para activar nuestros sentidos y sanar nuestra percepción y mirada.  
Posibilitando que, cuando estemos delante de nuestros niños, sepamos dirigir sus fueras vitales y animicas en busca de su propio sentido y destino de VIDA.


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